Este plato es perfecto para hacerlo con antelación y recalentarlo al día siguiente. De hecho, ayuda a desarrollar los sabores y resulta aún más delicioso. La ricotta hace que las albóndigas sean muy ligeras y mi marido considera que sería el plato perfecto para acompañar la pasta. Si lo haces, haz las albóndigas más pequeñas. Esta vez fue nuestra cena para nuestro día de dieta de proteínas puras, pero me encantaría comerlas junto a patatas fritas al horno y una ensalada. Los sabores son espectaculares. Al final de la página puedes ver una variante con la misma receta pero con macarrones. INGREDIENTES 60 ml de aceite de oliva 2 cebollas grandes, picadas finamente 4 dientes de ajo machacados 20 g de hojas de orégano picadas y más para servir 1 lata de 400 g de tomate triturado natural 500 ml de caldo de pollo 500 g de carne picada de cerdo y ternera 100 g de pan rallado (de 3-4 rebanadas de pan blanco sin corteza) o comprado 250 g de ricotta 60 g de parmesano 1 huevo grande 20 g de pe