Esta receta es perfecta para congelar. Normalmente cuando la preparo, horneo una gran cantidad de ricotta y cuando está fría la pongo en el congelador en los moldes. Es ideal para cuando no se tiene mucho tiempo para cocinar, simplemente descongelar y servir con una ensalada o como parte de un plato de aperitivos o una tabla de quesos.
INGREDIENTES:
Para el queso ricotta al horno
Aceite de oliva
500 g de requesón fresco escurrido
2 huevos, ligeramente batidos
3 cucharadas de tomillo fresco, solo las hojas
1 cucharadita de ralladura de limón
1 cucharadita de sal marina
1 cucharadita de hojuelas de chile (opcional)
pimienta negra recién molida
una pizca de pimentón
Para la segunda cocción
100 ml nata líquida
un puñado de piñones ligeramente tostados
parmesano rallado para espolvorear
MÉTODO
Precalentar el horno a 180ºC.
Engrasar dos ramekins de 250 ml de capacidad con un poco de aceite de oliva y forrar la base con papel de hornear. (Muchas veces doblo las cantidades y uso ramekins más pequeños y congelo los que no necesito.)
Colocar el ricotta en un recipiente con los huevos, las hojas de tomillo, la ralladura de limón, la sal y las hojuelas de chile (si se usa) y remover bien hasta que todo quede bien mezclado. Sazonar bien con pimienta negra recién molida.
Añadir la mezcla en los moldes preparados usando una cuchara y alisar la parte superior. Espolvorear con un poco de pimentón y rociar con un poco de aceite de oliva virgen extra.
Hornear durante unos 30-40 minutos, o hasta que estén cocidos y dorados.
Dejar enfriar en los moldes antes de servir. (Aquí se pueden congelar tapados con plástico para usar otro día.)
Me encanta servirlo con esta ensalada de rúcula en lugar del queso de cabra.
Para preparar el segundo horneado, justo antes de servir precalentar el horno a 180ºC. Retirar el queso ricotta del ramekin y ponerlo en una bandeja para horno. Añadir 100 ml de nata liquida sobre los pastelitos de ricotta y espolvorear con un poco de parmesano rallado. Hornear durante unos 15 minutos o hasta que el queso se haya dorado y la nata se haya espesado. Espolvorear con piñones ligeramente tostados y servir.
Para 4-8 personas como parte de un aperitivo o tabla de quesos.
Para presentarlo como parte de una mesa de aperitivos, se puede servir encima de lonjas de serrano crujientes (previamente fritas en una sartén sin aceite) acompañado de galletitas saladas o encima de un lecho de rúcula o hojas pequeñas de espinacas rociadas con un poco de aceite de oliva y vinagre balsámico.
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